martes, 16 de marzo de 2010

Escuela de Galerón San Antonio de Padua: un ejemplo a seguir


“Todo inició cuando tenía tan sólo 7 años de edad y veía a otros niños ir a la escuela de música, escuela a la que yo no podía ir por falta de recursos, fue desde entonces que inicié mi colección de música margariteña, hasta al paso de los años, cuando empecé a trabajar como profesor de deportes, me compré mi primer cuatro y pude estudiar música”, cuenta Ángel Félix Marcano de 37 años, quien desde hace cinco años y gracias a su propio interés por la música autóctona, crea la Escuela de galerón San Antonio de Padua.

Con diez niños galeronistas de 7 a 12 años de edad, y en los espacios de la Unidad Educativa Estadal María Elvira de San Antonio como su punto de encuentro, el joven profesor, con el apoyo del patrimonio cultural Isidoro “Choro” Vásquez, instruye a jóvenes talento como “El jeque del galerón”, “el caribacito de oriente”, entre otros, quienes entre décimas en espinela, cacho y picón, mantienen vivo el legado de nuestros cantos tradicionales.

“En el recorrido de mi vida- continúa Marcano- mucho lo aprendí de escuchar esos discos que me costaba encontrar, pero cuando mis dos hijos empezaron a seguirme y a pedir mi ayuda me entusiasmé a enseñar, primero en mi casa con varios jóvenes y ahora desde esta escuela, dónde además apoyo a niños que me buscan para que los asesore, todo siempre de corazón en mi tiempo libre y sin pedir ningún tipo de remuneración” destacó.

Marcano explica que para iniciar el trabajo buscó apoyo del patrimonio cultural “Choro” Vásquez, quien le enseñó, junto con un libro de “El Pollo Vellorín”, a escribir sus propias décimas de galerón, e igualmente enseña algo de polo margariteño, gaita y malagueña, “aunque el galerón a pesar de su complejidad no es una canción. Para mí el galerón es un mensaje, una expresión que hay que dar con sentimiento y pausa” resaltó.

Con múltiples presentaciones pendientes como las ya previstas para las fiestas del Velorio de Cruz de Mayo, estos pequeños y pequeñas uniformadas en color amarillo son una muestra de los jóvenes talentos habidos de conocimiento, quienes con mano en alto, entonan el galerón margariteño para contar las más simpáticas décimas.

Un problema de todos

A pesar de ser la única escuela de galerón constituida en el municipio García, apenas cuenta con el apoyo de los padres y representantes, ya que según el profesor Marcano “los consejos comunales de la zona se encuentran apáticos y requieren de personas que realmente amen la cultura, dando fuerza a este tipo de iniciativas”, por lo que hace un llamado a la unidad y al rescate de estas tradiciones en el municipio.

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