lunes, 27 de octubre de 2014

“El margariteño”: 20 años de historia en Los Robles



 
Tiene 20 años en La Redoma de Los Robles, municipio Maneiro, “El margariteño” es una escultura realizada por el artista plástico margariteño Franklin Reyes que se ha convertido en un emblema del sitio.

Representa un pescador margariteño. Es un hombre corpulento, con el típico pantalón y sin camisa. Pero que lleva en una mano el pescado y en la otra la red. Tiene un sombrero típico de cogollo, aunque hoy en día los pescadores usan más la gorra. Ésta pieza es de piedra artificial lo que implica que si algún día se pensaba en moverla debía hacerse con sumo cuidado porque al ser de este material se puede romper fácilmente.

El traslado
A partir del inicio de la construcción de un distribuidor en el lugar donde había estado ubicado “El margariteño” desde hace veinte años se decidió reubicar la escultura y para ello fue contactado su realizador quien se encontraba en el estado Monagas, debido a que desde hace años atrás Reyes está residenciado en esa entidad. 

El escultor estuvo en la Isla aproximadamente 15 días planificando el traslado junto a los encargados de la construcción y contando en todo momento con el apoyo, en cuanto a la preservación de la obra, de la Plataforma de Patrimonio Cultural del Ministerio del Poder Popular para la Cultura en el estado Nueva Esparta.

Estuvieron una semana en el sitio pensando cómo despegarla inicialmente. Planificaron moverla con la ayuda de una grúa que la pudiera alzar y trasladarla, debido a que no podían cargar la figura completa, por estar en una base de concreto muy duro. Reyes aseguró recordar que esa plataforma no era completamente maciza. Al principio pidió que picaran 20 centímetros de dicha base y trasladarla así. Al realizar eso, no se logró porque el peso era mucho más grande de lo que él rememoraba.

Regreso seguro
Reyes tomó la decisión de romper un poco las bases que como escultor hizo. Se rompieron varios puntos en específico para sacar a la luz unas cabillas especiales que había colocado y así se pudo despegar sin ningún problema, quedando intacta la escultura.

El artista plástico siempre estuvo supervisando la operación. Y finalmente, a petición suya fue trasladada a la casa de uno de sus familiares. Con la condición de que al terminar la construcción regrese a su lugar, para que todas las personas que transiten por allí puedan seguir admirándola y “El margariteño” siga sumando años a su historia en Los Robles.

María Eugenia Guerra / MinCultura Nueva Esparta

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