lunes, 2 de mayo de 2011
A 85 años del natalicio de Ángel Rama, crítico literario y cofundador de Biblioteca Ayacucho
Prensa FBA (29.04.11) Crítico literario, escritor, periodista cultural, editor y profesor uruguayo, Ángel Rama nació el 30 de abril de 1926, en Uruguay, Montevideo. Biblioteca Ayacucho (BA) le rinde homenaje a quien fuese el visionario, cofundador de esta casa editorial que ha mantenido la dirección trazada por este genio y amante de la integración de los pueblos latinoamericanos y caribeños, y que hoy por hoy mantienen su lucha por la emancipación política, social y sobre todo cultural. A 85 años de su natalicio, la memoria de Ángel Rama es honrada por ser parte de esa Generación Crítica Uruguaya, que dejó un legado en la escritura de la historia de los pueblos de Nuestra América.
En la Colección Clásica, volumen 119, BA publicó La crítica de la cultura en América Latina cuya selección y prólogos pertenecen a Saúl Sosnowski y Tomás Eloy Martínez. Cronología y bibliografía de la Fundación Internacional Ángel Rama.
Además podemos destacar su colaboración en la edición de títulos también publicados por BA cómo: Ariel. Motivos de Proteo, de José Enrique Rodó (edición y cronología); Poesía de Rubén Darío (prólogo); Poesía gauchesca (prólogo); La utopía de América, de
Pedro Henríquez Ureña (compilación y cronología: Ángel Rama y Rafael Gutiérrez Girardot); Las democracias latinas de América. La creación de un continente, de Francisco García Calderón (cronología: Ángel Rama y Marlene Polo).En nuestro portal web www.bibliotecayacucho.gob.ve se puede descargar un gran número de textos en formato PDF.
Reseña biográfica
Primero en el Uruguay y luego en otros países latinoamericanos, participó en la organización de empresas editoriales comprometidas con la divulgación de la literatura del continente, entre las que sobresalen la Colección de Clásicos Uruguayos (editada entre 1951 y 1958), la Editorial Arca, que fundara en 1962, la Enciclopedia Uruguaya (publicada semanalmente entre 1968 y 1970) y la Biblioteca Ayacucho, (fundada en 1974), de la que será director literario hasta su muerte.
Autor de innumerables estudios críticos publicados como prólogos a ediciones de obras latinoamericanas y colaborador regular en las más importantes revistas literarias del continente, será recordado especialmente por su papel como codirector (1949-1950) y más adelante director de la sección literaria de Marcha (1959-1968) semanario para el que seguirá escribiendo hasta el momento de su cierre.
Fue miembro del Consejo de Redacción de la revista Casa de las Américas (1964 a 1971), director de la Revista Iberoamericana de Literatura de la Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo (1966-1970), además de cofundador (1976) y codirector literario de la revista venezolana Escritura, especializada en teoría y crítica literaria.
Desempeña su actividad como docente e investigador en Universidades en el Uruguay, Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos. Se vio forzado a vivir en el exilio desde 1973, a raíz del golpe militar en su país en ese año. Obtiene la nacionalidad venezolana en 1977. Vive y trabaja en universidades de los Estados Unidos (Universidad de Maryland, Universidad de Princeton) desde 1979 hasta 1983, año en el que se le niega la visa de residencia. Entonces se instala en París.
Marcha es una de las más progresistas e influyentes publicaciones en la América Latina durante los años 50 y 60, cumple un importante papel en la difusión de su labor crítica a nivel continental. Junto con la Generación crítica uruguaya-cómo él mismo la denominara-, se le reconoce como propulsor de una nueva óptica para abordar no sólo la realidad latinoamericana, sino su producción artística y literaria: una concepción sociohistórica que no evade una actitud comprometida ante los hechos culturales. Al igual que buena parte de la intelectualidad de izquierda del período y en concordancia con el sentimiento libertario, antiimperialista y latinoamericanista irradiado por la Revolución Cubana, su trabajo se vuelca sobre la problemática de la dependencia de las sociedades americanas y su subordinación a modelos foráneos de desarrollo, así como sobre las consecuencias de tal circunstancia en la esfera de la cultura. Se convierten en núcleos de su discurso tanto la exploración del problema de la identidad cultural latinoamericana como el seguimiento de las búsquedas autonómicas en que se embarcan las letras a partir de la Emancipación y las formas de resistencia a la dominación que ellas propusieran. La narrativa transculturadora constituiría la expresión por excelencia de la tradición emancipadora americana.
Concebirá tanto la revista Escritura como la Biblioteca Ayacucho, instrumentos para la realización de esta propuesta de integración de la cultura latinoamericana que articula su obra crítica.
El afán de Rama es el de ampliar el conocimiento del continente americano y abarcar su literatura más allá del simple manejo de los textos y las figuras más sobresalientes en sus distintas regiones; se empeña en el trazo global de movimientos y proyectos literarios que permiten recomponer y revalorar el corpus de la literatura continental y entender los procesos históricos-culturales que le confieren sentido. La crítica, tal y como la entiende Rama, tiene como función no sólo la constitución de la literatura, la construcción de un sistema orgánico de obras, sino que debe además restaurar las articulaciones entre las obras literarias y la cultura que ellas expresan.
Apoyado en la antropología, su discurso sobre la transculturación-que le adjudica un lugar pionero dentro del debate cultural en el continente- responde a esta preocupación y de hecho se constituye en una de las más significativas contribuciones al proyecto colectivo de construcción de una crítica latinoamericana autónoma, liberada del peso de esquemas etnocentristas, que despegara en los años 70. El término, tomado de Fernando Ortiz, replantea el concepto de “aculturación”, que describe el comportamiento del elemento dominado como receptor pasivo de la cultura impuesta por el elemento dominante, en una situación de contacto cultural, mientras que el de transculturación enfatiza el papel activo y creativo involucrado en los procesos de apropiación de discursos por parte de la cultura dominada, así como su capacidad de resistencia y su tenacidad en el mantenimiento y la reelaboración de su identidad.
En noviembre de 1983, asiste en Madrid a las Segundas Jornadas de Sociología de la Literatura, ya que ha sido invitado por el presidente de Colombia para participar en el primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana, el día 27 de noviembre, toma un fatídico vuelo a Bogotá junto a su esposa Marta, reconocida escritora y crítica de arte latinoamericano contemporáneo. El escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia y el crítico peruano Manuel Scorza también fallecen en este accidente producido en las afueras de Madrid. (Fin/Dalisnel Perentena)
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